24/10/16

María Eloy García


                

Nunca he vivido por encima de mis posibilidades, salvo en los sueños, salvo en las ideas que, como dicen los alemanes, están libres de impuestos (por lo menos hasta ahora). Siempre me cubro las espaldas ante determinadas personas: políticos, pedagogos, sociólogos, economistas con o sin nobel, psicólogos y publicistas; nos llevan entre todos a un solo pensamiento, tratan de solucionar lo que una educación en todos los sentidos nos hubiese hecho más variados, con más aristas, con un criterio propio. El miedo a todo me dio la idea de escapar, me dio el horizonte, me hizo pensar, me acostumbró y me taró, pero también me hizo saber elegir. En una sociedad que renuncia al miedo, a la muerte, a la tristeza, a cambio de la línea perfecta donde no se siente, donde las satisfacciones están al alcance de todos en la línea negra ancha de la visa. Yo, que viví con lo puesto, y lo cuento ahora desde mi mac, desde mi adsl, desde mi compañía tiránica de teléfono, yo conectada con todo para no saber bien qué quiero decir, me planto. Ya está bien de los tantos por ciento que te sacan la piel a tiras, de los modélicos ejemplos de los anuncios, de las parábolas de la economía solo para que sepas que no sabes. Hay clases todavía, ahora hay gente tan pobre que no tiene tiempo para sentarse a mirar a las musarañas, hay gente tan pobre que necesita consumir lácteos y faldas cortas de 3 euros para aproximarse a la felicidad, hay que plantarse. Aquí os quedáis con vuestros anuncios cargados de buenismo, con vuestras salvaciones a costa de cadáveres flotando, de vuestras herramientas mediáticas para que nos pensemos sin futuro. Me quedo con la axila caliente de mi prójimo, con mi cerveza de oferta frente a la duda, con mi panegírico de odios, con los laguitos de calcio de las uñas, con la frente arrugada de opinar hacia adentro, con las moscas, con las cosas pequeñas, diminutas, con la felicidad del choque de los átomos para mostrar la maravilla de una sola cosa. Veamos en lo pequeño, la estructura gigante de las cosas, hoy como pan con choped y me siento en una piedra a contemplar el maravilloso espectáculo del mundo.

22/10/16

Ramón Dachs. poesia geométrica e hipertextual

"La linealidad es una herencia de la cultura oral y cuanto más se sofistica la cultura, más nos alejamos de ella"
Ramón Dachs, Barcelona 1959
Ramón Dachs, poeta en 1999


--poemas hipertextuales de R.Dachs
--   web de Dachs

Un texto del Ciberpaís de 1999

 


poema del 2001...

Fronda adentro

               

                              e como un potro na planície nua
                              em ti entrei

                                                                              Eugénio de Andrade


                              1.
En plena selva oscura, a media andada,
¿de quién sino de ti, gentil amiga,
de trato siempre amable y buen semblante,
recibiría gloria tan cumplida?

                              2.
Atravesando llanos, montes, ríos,
por sendas, valles, puertos, por collados,
cañadas, bosques, claros y riberas,
desiertos salvo, y mares, a tu amparo.

                              3.
Besan tus labios, pétalos de rosa,
besan, pezones exultantes, besas,
con lágrimas, ardiente, entera, besas,
piel toda tú, rosal alborotado.

                              4.
Ebrio de ti, te huelo, palpo, tomo,
tendida así, te lamo, siento, veo,
contigua a mí, te estrecho, beso, tengo,
que sin atino vago noche y día.

                              5.
Me gusta que reboses desbocada,
dando rienda suelta al goce entero,
inmensa altiplanicie de alegría
que turbadora alcanzas al galope.

                              6.
Me adentro en el paisaje por la fronda
más umbría, por la hondura más
angosta; por los musgos embebidos
de frescor de manantial, me adentro.

                              7.
Afortunado el día, el mes, el año,
dichoso el sitio justo, el punto exacto
en que nos vislumbramos por ventura
entrelazando frescas las miradas.

                              8.
Cual árbol que se yergue alzando ramas
que va expandiendo con follajes nuevos
al tiempo que se hienden sus raíces,
así tú y yo crecemos fronda adentro.

                              9.
Palabras acuciadas por los ecos
que tañen en los velos de la noche
emergen desde el magma más profundo
igual que lava ardiente por el cráter.

                              0.
¡Evoca en los sentidos lo sentido,
aviva, amor, el límite alcanzado,
delata, corazón, cuál es tu cénit
más alto, puro y nítido en la hondura!
                              *

En la montaña sola
sólo resuena el eco.
La luz penetra honda
hasta alcanzar el musgo.

                              **
Ebrio de hondura, como barco vago.

8/10/16

John Giorno


Performed in an A B Series presentation
November 7, 2012

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Dakini Software (1972)

Recorded at St. Marks Church in New York City on November 8, 1972, John Giorno presents a lengthy excerpt from his poem “Dakini Software.” Giorno is well known for his provocative sound and performance poetry that blends a bohemian sensibility, radical sexual politics, and spiritual practice. All these elements are featured in this echo-laden rendition of “Dakini Software,” which mixes the metaphors of a female, tantric and Tibetan Buddhist deity, or embodiment of enlightened energy, with the concept of computerized instructions to impart the idea of what has been called “brainwashing based on Eastern wisdom.” 


7/10/16

Terence Mc Kenna



La Ciencia ha desdeñado tradicionalmente las fantasías apocalípticas de la religión. Desde la perspectiva científica, el tiempo final únicamente puede suponer un período entrópico carente de cambios. La ciencia ha elegido creer que la totalidad de los procesos únicamente terminan por corromperse y caer en la entropía en un futuro extremadamente distante. La noción de entropía implica que las leyes del continuo espacio-tiempo se extienden lineal e infinitamente hacia el futuro.

En el modelo espiral del tiempo que yo propongo, esta proposición resulta inválida. Para mí, el tiempo final implica abandonar un conjunto de normas que condicionan nuestra existencia para adoptar otras radicalmente diferentes.

El universo es visto entonces como una serie de épocas o eras compartimentalizadas Las distintas épocas se hallan regidas por leyes muy diferentes entre sí, y las transiciones entre una y otra época se producen con una inesperada brusquedad.

La aceptación de esta hipótesis implica comprender el lugar que uno ocupa en esta espiral del tiempo y anticipar cuándo tendrán lugar las transiciones a nuevas épocas. El estudio de la geohistoria apoya esta tesis. Nuestro planeta tiene cinco o seis billones de años. La formación del universo inorgánico ocuparía el primer giro de la espiral. A continuación surge la aparición de la vida. Si examinamos nuestro planeta, (de hecho, el único planeta que podemos examinar con cierta profundidad), descubriremos que los procesos incrementan progresivamente tanto su complejidad como su velocidad.

Nuestro planeta vaga en el espacio durante los dos billones de años previos al surgimiento de la vida. La vida supone una nueva cualidad emergente. En el instante que aparece la vida, un torbellino enloquecido se pone en marcha. Nacen y mueren especies de modo incesante. Este panorama se prolonga por espacio de un billón de años y medio hasta que, de pronto, un nuevo fenómeno emerge: aparecen las especies dotadas de inteligencia. Esta nueva era del pensamiento resulta muy breve en comparación con las etapas precedentes: apenas un centenar de miles de años separan el pedernal afilado de las naves espaciales. Como resulta previsible, en esta época surge una nueva serie de leyes. La emergencia de la novedosa psicofísica permite a nuestra especie manifestar ciertas propiedades peculiares: el lenguaje, la escritura, el sueño o el desarrollo de la filosofía.

Al igual que las serpientes de cascabel o los álamos, los seres humanos están hechos de ADN. Y sin embargo somos capaces de liberar las mismas energías que iluminan los planetas. O de crear una temperatura cero. Y lo hacemos, además, en la superficie de nuestro planeta. Si somos capaces de tales hazañas es porque, a pesar de haber sido creados del barro, nuestras mentes han aprendido a extender nuestros límites con la ayuda de herramientas. Las herramientas nos permiten liberar energías que normalmente ocurren bajo condiciones muy diferentes. Un ejemplo de ello lo constituyen los procesos de fusión, que usualmente tienen lugar en el centro de las estrellas.

Para realizar todo esto nos valemos de la mente. ¿Y qué es la mente? No tenemos pista alguna al respecto. No han transcurrido más que veinte mil años entre los cazadores nómadas y la cibernética y los vuelos espaciales. Cada vez vamos más deprisa y se avecinan nuevas espirales. Cien años entre el Ford-T y la nave estelar. Sesenta años entre una velocidad terrenal máxima de cincuenta kilómetros por hora a otra de trece kilómetros por segundo.

Los aspectos más sorprendentes y excitantes de esta teoría se refieren a la predicción de los cambios de época más próximos en el tiempo, sobre los que existe coincidencia entre la "Ola del Tiempo" (Timewave) y el recuerdo histórico. La "Ola del Tiempo" muestra a veces un cuando menos sorprendente parecido con los datos históricos. Así, por ejemplo, la predicción de que en el 21 de diciembre del año 2.012 de nuestra era tendrán lugar acontecimientos de la máxima novedad coincide extrañamente con la fecha final del calendario maya. ¿Por qué razón un individuo del siglo veinte coincide con una vieja civilización mesoamericana a la hora de fijar una fecha en la que se producirá la transformación del mundo? ¿Se deberá ello a la coincidencia en el uso de hongos psicodélicos? ¿Será tan simple la respuesta? Personalmente, no lo creo. Más bien sospecho que cuando inspeccionemos la estructura más profunda de nuestro inconsciente haremos el inesperado descubrimiento de que está ordenada de manera idéntica al universo del que forma parte. Es ésta una noción que, a pesar de su naturaleza inicialmente sorprendente, muy pronto es percibida como obvia, natural e inevitable.

Establecer una analogía con las dunas del desierto quizás ayude a comprender mejor este fenómeno. Las dunas tienen la interesante particularidad de que se asemejan a su fuerza creadora, el viento. Cada uno de sus granos de arena podría ser comparado a los bits de un ordenador. El viento sería entonces el dispositivo de entrada de datos que dispone los granos de arena hasta convertirlos en una plantilla a menor escala dimensional de un fenómeno superior, en este caso el propio viento.
Esto no tiene nada de mágico y ha sido bien explicado: el viento, una fuerza variable en el tiempo, moldea la forma de la duna, una estructura variable en el espacio. En mi opinión, los organismos son como granos de arena dispuestos según el flujo y la presión de los vientos del tiempo.

Consecuentemente, tales organismos llevan en sí la marca de las variables inherentes al medio temporal en que surgieron y se desarrollaron. El ADN actuaría como la pizarra desnuda en la que se inscribe la secuencia y las diferencias relativas de las cambiantes variables temporales. De ello se deduce que aquéllas técnicas, como el yoga o el uso de plantas psicodélicas, centradas en las relaciones energéticas existentes en el interior de un organismo dotado de vida, tendrían la facultad de otorgar el conocimiento profundo de la naturaleza variable del tiempo.

La secuencia del rey Wen del I Ching es producto de este tipo de conocimiento. La cultura humana se constituye en una curva de creciente potencialidad. En nuestro torturado siglo esta curva se ha disparado de modo vertical. El ser humano se ha constituido en una amenaza para todas las especies del planeta. Cada especie del planeta se apercibe de la existencia de los materiales radioactivos que hemos acumulado por todas partes. El planeta, como ente sensible que es, está en disposición de responder a tales atropellos. Con tres billones de años de existencia, dispone de numerosas opciones. Nosotros, no.

Nacido en 1946, el autor y explorador Terence Mc Kenna estudió durante tres décadas los fundamentos ontológicos del chamanismo y la etno-farmacología de la transformación espiritual. Tras graduarse en Ecología, Conservación de los Recursos y Chamanismo por la universidad de Berkeley, California, viajó extensivamente por las regiones tropicales de Asia y América, investigando exhaustivamente los fenómenos chamánicos y la etno-medicina de la cuenca del Amazonas. Terence McKenna publicó más de una decena de libros, entre los que destacan títulos como The Archaic Revival, History Ends in Green y Food of the Gods, The Search for the original Tree of Knowledge. Su última obra, Maya Cosmogenesis 2012: The True Meaning of the Maya Calendar End-Date, se editó en 1998. Murió el 3 de Abril de 2000 en San Rafael, California, víctima de un cáncer.
de ART FUTURA 1992
http://deoxy.org/mckenna.htmhttp://deoxy.org/mckenna.htm

5/10/16

¿Vivimos en un neo-feudalismo?

Esta reflexión viene a cuento tras releer una columna de Rafael Reig en el diario Público de hace siete años. En la sección 'Carta con respuesta' , en la que un lector escribe a RR con ironía si tenemos que soportar estas historias y el escritor le contesta con sarcasmo y un... tono más bien fuerte:

 Nicolas Cage, que ganó 26 millones de euros en el último año, está arruinado porque su ex asesor financiero no le informó a su debido tiempo del volumen de compras que estaba efectuando, y ha tenido que poner a la venta dos modestos castillos de varios millones de euros para evitar las colas de los comedores sociales. ¿Es necesario que los ciudadanos tengamos que conocer los detalles de semejantes dramas sociales?  Quizás se  trata de estimular el noble sentimiento de la solidaridad en la ciudadanía para fundar alguna ONG especializada en este tipo de calamidades”.
ALEJANDRO PRIETO ORVIZ. GIJÓN (ASTURIAS) 

Vivimos en una feliz comunidad feudal formada por “oratores, bellatores et laboratores (o pecheros)”. Los bellatores, los nobles guerreros, nos defienden a todos, crean riqueza, fundan empresas y multiplican el número de puestos de trabajo para los laboratores, que debemos estarles agradecidos porque nos permiten ganarnos la vida en sus tierras, fábricas, industrias o domicilios. Los laboratores somos los pecheros, sujetos tributarios que a cambio de tantas mercedes tenemos que inyectarles liquidez a los bancos si las cosas van mal. 
Los oratores ya no son sólo ni principalmente los curas. ¿Quién defiende nuestras almas y nos mantiene en contacto con verdades trascendentes? Pues los políticos, los artistas y los intelectuales. Se lo debemos todo: nos re-ligan (de ahí la religión) con el más allá, con la solidaridad, el arte, la salvación del planeta o el pensamiento puro. Agradecidos, les pagamos la gran vida. Los actores también son oratores, viven, en nuestro nombre, con gran intensidad espiritual. La mayoría son por lo menos zen y sufren lo indecible (debido a su sensibilidad). ¿Que un orator tropieza y se folla a un monaguillo (o a una niña, como Polanski)? Pues a compadecerle tocan y a reclamar que le suelten. ¿Que se arruina? Pues habrá que apoquinar, que para eso somos pecheros.   
Mr. Cage es un artista, o sea, que tiene mucha más sensibilidad que usted y que yo, y por tanto no es justo que renuncie a sus castillos: a él le duele más que a nosotros. Ande, seamos solidarios: vamos a hacer una colecta.
R.R.

1/10/16

Rafael Lozano-Hemmer. Poemas en el agua



En su nuevo proyecto el artista mexicano Rafael Lozano-Hemmer ha creado una máquina de vapor frío que escribe poemas evanescentes bajo la rúbrica de "Call on Water". Se trata de una fuente que escribe poemas suspendidos en el aire en vapor frío que asciende de una cuenca. El trabajo parece reflexionar sobre la sutileza de la poesía y la propia impermanencia de las cosas, representando en plumas hidrodinámicas versos de Octavio Paz que se pueden casi respirar. Esto de una manera incluso metalingüística, ya que los mismos poemas escritos en el vapor hablan sobre el agua, la memoria, la niebla, la irrealidad del mundo; una fantasmagoría que está en los textos y está en la forma en la que se presentan.
Estos son fragmentos de un poema de Octavio Paz que se escribe en el agua:
Mis palabras me miran desde el charco
de mi memoria. Brillan,
entre enramadas de reflejos,
nubes varadas y burbujas,
sobre un fondo del ocre al brasilado
las sílabas de agua.
Ondulación de sombras, visos, ecos,
no escritura de signos: de rumores.
Quizá Lozano Hemmer debería escribir en el agua también poemas de John Keats, el gran poeta cuyo epitafio reza:
Here lies One whose Name was writ in Water.
(Aquí yace Uno cuyo Nombre fue escrito en el Agua)

ir al sitio de Rafael Lozano-Hemmer http://www.lozano-hemmer.com/call_on_water.php