11/9/11

¿Para qué puede servir la poesía?


La poesía, con su sonoridad, con su mensaje entre líneas o su carga simbólica, el poeta experimenta, recrea, exorciza, reinventa, juega y construye un nuevo lenguaje para su ritual, para sus viajes iniciáticos.

Recomiendo la lectura de un artículo de prensa del 2008 de Angel Ruperez en el que establece la similitud entre el poema de W.B.Yeats “The second coming” y la guerra de Irak. Hace poco que se celebró el quinto aniversario de esa guerra.

Horror y la masacre. Recordemos que a día de hoy, cuando parece próximo el fin de la guerra son más de 4.800 los soldados americanos, ingleses y otros los muertos y superan los 100.000 los civiles fallecidos, cifras no comparables –en nuestra especial contabilidad occidental-- ya que los primeros pertenecen al primer orden, al ejército normalizador y los civiles serian esas víctimas colaterales, en situación de ignominia que una vez más debería avergonzarnos y que han dejado a Irak en una penosa situación. Nada de todo esto parece afectar a los principios iluminados del imperio occidental.

Sirva el poema de Yeats como aviso premonitorio y porque sitúa el conflicto en el ojo del huracán de la polémica en los USA por el uso partidista por parte de algunos de sus poderes fácticos.

FMk , 11 sept. 2011 (diez años después de la caída de las Torres Gemelas) 

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El Segundo Advenimiento
W.B.Yeats

Girando y girando en un círculo creciente
El halcón no puede oír al halconero;
Todo se desmorona; no resiste el pilar;
La anarquía se adueña del mundo entero,
La marea sanguinolenta se ha desatado, y en todas partes
La ceremonia de la inocencia es ahogada;
Los mejores carecen de toda convicción, mientras que los peores
Están llenos de energía apasionada.

Seguramente alguna revelación está cerca;
Seguramente el Segundo Advenimiento está cerca.
El Segundo Advenimiento! Tan pronto han salido esas palabras de mi boca
Cuando ya una vasta imagen procedente del Spiritus Mundi
Turba mi vista: en algún lugar en las arenas del desierto
Una forma con cuerpo de león y cabeza humana,
De mirada vacía e implacable como el sol,
Mueve sus pausados muslos, mientras a su alrededor
Revolotean las sombras de las indignadas aves del desierto
La oscuridad cae de nuevo; pero ahora sé
Que veinte siglos de pétreo sueño
Fueron atormentados hasta la pesadilla por el mecer de una cuna,
¿Y que tosca bestia, su hora al fin llegada,
se arrastra hacia Belén para nacer?

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